
Clase en el Museo
Web de Historia del Arte de 2º de Bachillerato
Octubre
A través de la ventana de ese salón con ángulo oscuro se divisaba con diez cañones por banda, viento en popa a toda vela, no corta el mar, sino vuela un velero bergantín donde El Temido observaba a un amante Don Juan Tenorio enamorado recitar aquello de ¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor, que en esta apartada orilla más pura la luna brilla y se respira mejor?
Octubre es sinónimo de poesía, de leyendas lúgubres y amores imposibles. Es un mes de rendir homenaje a grandes literatos españoles como lo fueron Gustavo Adolfo Bécquer, José de Espronceda y José Zorrilla.
Por tanto las obras del mes escogidas para la ocasión son El retrato de Gustavo Adolfo Bécquer y Los poetas contemporáneos. Una lectura de Zorrilla en el estudio del pintor.
El retrato del ilustre poeta sevillano fue realizado por su hermano Valeriano Domínguez Bécquer en 1862. Es una de las obras más representativas de la pintura romántica española además de ser uno de los cuadros más reproducidos tanto en los libros de literatura como en el desaparecido billete de 100 pesetas. Valeriano llega al culmen de su carrera con este retrato a su hermano, al cual dota de ese sentimiento melancólico, idealización y pasión tan propio de esta etapa. Coloca a su hermano con pose aristocrática y una mirada cargada de emoción que invita al espectador a mirarlo a los ojos creando una conexión entre ambos.
La figura de Bécquer, además de ser el autor de las famosas Rimas y Leyendas, estuvo muy ligada a la Historia del Arte, debido a que colaboró con su hermano en la edición de los Borbones en pelotas, una obra satírica crítica hacia los monarcas borbones y fue un importante, aunque olvidada un poco esta faceta de su vida, crítico de arte y un gran amigo del pintor José Casado Alisal con el que colaboró en múltiples publicaciones y al cual hizo excelentes críticas acerca de su obra.
La segunda obra escogida fue realizada por el también pintor sevillano Antonio María Esquivel en 1846. El cuadro es toda una oda a la literatura y el ámbito cultural de la España decimonónica. Recrea con gran maestría su propio estudio de pintor al estilo del gabinete barroco flamenco, lo cual convierte a la obra en un ejemplo del género de la metapintura, aunado a la complejidad del retrato colectivo donde podemos identificar a los otros dos grandes literatos mencionados. El primero de ellos es José Zorrilla, personaje que aparece leyendo en el centro de la obra y que da el sobrenombre al cuadro. Zorrilla fue el autor del célebre Don Juan Tenorio, obra representada en el teatro el día de todos los santos que narra la trágica historia amorosa de Don Juan y Doña Inés. El segundo de ellos es el extremeño José de Espronceda, ya fallecido cuando se elaboró la obra y que aparece retratado en un caballete y que asiste de forma indirecta a esa lectura de Zorrilla. El poeta extremeño fue autor de las célebres Canción del Pirata y El Estudiante de Salamanca.
