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Mayo

 

Podríamos pensar que cuando Vivaldi compuso su allegro de la Primavera pensaba en el quinto mes del calendario. Mayo es sinónimo de buen tiempo, pasar tiempo al aire libre, escuchar el canto de los pájaros y el sonido del despertar de la naturaleza.

La obra seleccionada para este mes es: En el camino al templo de Ceres: una fiesta de primavera.

Fue realizado por Lawrence Alma-Tadema en 1879. Si por algo es conocido este autor es por sus obras de corte academicista y, sobre todo, por sus cuadros de pinturas de la antigüedad clásica.

En este caso, la escena escogida representa un cortejo de mujeres que se dirigen al templo de Ceres: diosa de la Tierra y la agricultura romana. No es baladí que se haya escogido a esta diosa, puesto que representa la venida del buen tiempo y el tiempo de siembra de las cosechas, es decir el despertar de la naturaleza.

Vemos un cortejo de mujeres ataviadas con vaporosas túnicas romanas y tocadas con coronas de flores que portan instrumentos musicales mientras danzan hacia el templo. Este cortejo está enmarcado en un frondoso y verdoso paisaje campestre, donde en la esquina superior derecha se adivina el jardín florido de una villa romana.

Predominan en la composición los tonos verdosos y rosáceos junto con los blancos de algunas túnicas y de los muros de la villa y el azul blanquecino del cielo.

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